Hoy he hecho limpieza de bolsos y de cajones... por quitar todo eso que estorba y que guardamos sin ton ni son sólo con la tranquilidad de "por si acaso...". Yo suelo dar una tregua a esos por si acaso y pasado un tiempo, cuando ya no quedan oportunidades van a la basura donde debían haber ido el primer día.
Mientras limpiaba en uno de los cajones aparecieron unos pendientes que nunca me he puesto. Son plateados y con una especie de perla plástica enmedio. Cuando los he visto me he puesto a llorar. He llorado como hacía tiempo porque Ella me los dio.
Ya estaba muy torpe y apenas salía a la calle, excepto su peluquería semanal que por supuesto no perdonaba nunca. Comprando no sé qué champú o tratamiento, regalaban esos pendientes. Ella los compró para dármelos, me dijo que ya que no podía salir y comprar algo como la gustaría era lo que más se acercaba a un regalo fortuito, sin razón, a una sorpresa. Me dijo que se notaba mucho que eran de plástico. En ese momento, y sabiendo que nunca me los pondría le dije que eran preciosos.
Meses más tarde no la volví a ver más...
Et je te manque tellement... tout les jours... je t'aime.
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1 comentario:
Esos pendientes se merecen un indulto :-)
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